Hace casi tres años ya, que fui por primera vez a Dublín y tengo que decir que fue una experiencia inolvidable…
Toca ponerse en marcha.
Quedamos en la puerta del hotel para empezar a conocer Dublín, qué suerte ir
con un compañero que sabe moverse tan bien por estas tierras.
El hotel no estaba muy alejado del centro y pudimos caminar por el famoso
barrio Temple Bar, entrar en el no menos famoso Temple Bar pub y disfrutar de
la música en directo. Paseamos por el río Liffey lo que nos permitió apreciar
la arquitectura de la ciudad.
Durante nuestra estancia, no había día que no hiciéramos rutas lo que nos permitió conocer el Trinity Collegue con su impresionante biblioteca y su Libro de Kells, pasear por el parque de Saint Stephen’s Green, conocer la historia de Molly Malone, el museo IMMA, Saint Patrick's Cathedral, Dublin Castle…. Y una infinidad de lugares más.
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